martes, 13 de noviembre de 2012

Francisco de Miranda (1750-1816)


Miranda fue uno de los revolucionarios más importantes de fines del siglo XVIII, el primero en concebir la unidad hispanoamericana y gestar un movimiento preindependentista. El joven Miranda nace en Caracas en 1750, hijo de un comerciante canario y una caraqueña. Entra a la Universidad de Caracas a los doce años, era un estudiante insaciable, inquieto, precoz. Allí cursaría estudios de latinidad en la clase de los menores. En la época de la conquista su padre fue desprestigiado por los mantuanos caraqueños, lo acusaban de ejercer un oficio infame y vil de comerciante, además de poseer una gran fortuna. Tras varios meses de polémica, el Rey Carlos III, por medio de una Real Cédula, falla a favor de su padre. En 1771, Miranda escribe al Capitán General para hacer constar la “limpieza de sangre”, su soltería y ausencia de compromisos. Le solicita su traslado a España para servir al Rey A los 20 años parte a España, se residencia en Madrid, donde comenzaría estudios de matemáticas e idiomas.
Entra al ejército, su primera misión es en el Norte de África, en Marruecos donde combate por dos años. Regresa a España en 1777, fue arrestado por órdenes del general O Reilly quien lo acusó de uso incorrecto del uniforme. Se incorpora al Regimiento de la Princesa en 1780 y se marcha a Cuba, combate en Pensacola para dar apoyo a los rebeldes colonos que luchaban por su independencia de la corona británica, bajo las órdenes del general Juan Manuel Cajigal. A un mes de su llegada, ocurre la independencia. Aquí comienza Miranda a pensar en su proyecto de Estado que quedó plasmado en un manuscrito de 63 tomos empastados bajo el rótulo de Colonibeja. Se instala en Inglaterra y otros países de Europa. Viaja a Rusia, donde conoce a la Emperatriz Catalina, luego se traslada a Finlandia y llega a Estocolmo. Es perseguido por la Corona española, pues se sabe de su proyecto libertador. En su afán de independencia de las colonias subordinadas al yugo de las grandes potencias europeas, se traslada a Francia, donde le es ofrecido un cargo en el ejército revolucionario y combate durante la Revolución francesa. Se ve envuelto en un complot acusado de traición, luego es absuelto de sus cargos, pero a los pocos días del ascenso de los jacobinos cae de nuevo en la cárcel y es liberado en 1795. Ese año, tras vivir clandestinamente en París, decide ir a Londres con la ayuda de un pasaporte ruso. En 1799 recibe una carta de Manuel Gual, quien lo convence de que es el momento de liberar a Venezuela. En los años siguientes buscó ayuda europea. En 1805 viaja a Nueva York con el propósito de buscar ayuda, al no conseguirla, decide preparar una expedición por su cuenta y zarpa hacia las costas venezolanas, en el buque Leander, con su bandera de colores amarillo, azul y rojo. Tras cuarenta minutos de combate en las costas de Ocumare se ve obligado a retirarse. En 1806, en un nuevo intento, desembarca en Coro, iza la bandera por primera vez en tierra firme y avanza hacia la ciudad, pero su proyecto fracasa por no obtener el respaldo de la población que lo consideraba un “aliado de los ingleses”. En 1808 regresa a Inglaterra. España es invadida por Napoleón y Miranda recomienda a los grupos criollos de América la formación de Juntas de Gobierno independientes de la monarquía española. En 1810 recibe una comisión venezolana integrada por Andrés Bello, Luis López Méndez y Simón Bolívar. Regresa a Venezuela y es nombrado Teniente General de los ejércitos de Venezuela, es miembro del Congreso Constituyente y firma el Acta de Independencia. Al frente del Ejército patriota enfrenta a los realistas, tras firmar la Capitulación de San Mateo, es apresado por sus compañeros quienes lo acusan de una salida apresurada. Es trasladado al Morro en Puerto Rico, después a España donde es encarcelado en La Carraca, donde muere en 1816.

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