DEFINICIÓN
Se llama
cáncer, en general, a todo tumor maligno que se caracteriza por una
multiplicación anormal y desordenada de células las cuales tienen la
característica de invadir los tejidos adyacentes (metástasis).
El mínimo
componente de todos los seres vivos es la célula; ella es la unidad anatómica,
fisiológica y reproductiva por excelencia.
Este proceso
reproductor de la célula es altamente especializado. En los diferentes tejidos
las células mueren al envejecer y son sustituidas por otras; de esta forma se
garantiza la continuidad de la vida celular.
Pero sucede que
en algunas ocasiones esta precisión se pierde y las células comienzan a
multiplicarse en forma incontrolada y desordenada. En ciertos casos pueden dar
origen a tumores benignos, llamados así porque a pesar de que ocupan espacio,
no producen serias lesiones, son de apariencia homogénea y están encapsulados
dentro de una membrana de tejido conectivo. Ej. Fibromas, lipomas (tumores
sebáceos), adenomas (tejido glandular).
En otros casos la
multiplicación desenfrenada y progresiva de las células origina tumores
malignos o cancerosos, porque sus células anormales infiltran y destruyen las
de los tejidos adyacentes. También pueden ser transportadas por la sangre o por
el sistema linfático a otros tejidos del organismo, donde se implantan y al
reproducirse originan un nuevo tumor.
Los tumores
cancerosos no están encapsulados totalmente (pueden estarlo en forma parcial),
presentan variedad de formas y tamaños y sus células, a medida que avanza la
enfermedad, evidencian mayor anormalidad en cuanto a apariencia, estructura y
función.
Los órganos más
atacados por cáncer son: estómago, intestinos, pulmones y órganos sexuales; es
una de las principales causas de mortalidad en la mayoría de los países
occidentales, presentándose con mayor frecuencia en los hombres.
ORIGEN DEL CÁNCER
Se ha establecido
que ciertos agentes son cancerígenos, es decir, factores que favorecen o
estimulan la multiplicación anormal de las células.
Las causas por la
que algunas personas desarrollan tumores malignos no están completamente
aclaradas, pero sí se estima que existe cierta predisposición genética en el
organismo, en el que bajo condiciones favorables las células comienzan a
multiplicarse.
a) Sustancias químicas: El alquitrán de hulla y sus derivados se consideran altamente
cancerígenos. Sus vapores, presentes en algunas industrias (ej. refinerías) se
asocian con la elevada incidencia de cáncer del pulmón entre los trabajadores.
Hoy en día se
sabe que el benzopireno, sustancia química presente en el carbón, provoca
cáncer de la piel en personas cuyos trabajos tienen relación con la combustión
del carbón.
El arsénico se
asocia con cáncer del pulmón, pues los trabajadores de minas de cobre y
cobalto, fundiciones y fábricas de insecticidas presentan una incidencia de ese
tipo de cáncer mayor de lo normal. En los trabajadores de las industrias
relacionadas con el asbesto, la incidencia es de hasta 10 veces más que lo
normal.
Una sustancia
producida por el hongo Aspergillus flavus,
llamada aflatoxina, y que contamina alimentos mal conservados, ocasiona cáncer
del hígado en algunos animales. Se ha encontrado que en países donde la
contaminación de alimentos por mohos es frecuente, la incidencia de cáncer del
hígado y estómago es alta.
El cigarrillo es
otro agente cancerígeno; se ha determinado que la muerte por cáncer del pulmón
es 6 veces mayor entre fumadores que entre no fumadores. El cigarrillo es tan
pernicioso debido a las sustancias que contiene: nicotina, ácidos y óxidos de
carbono y alquitrán.
El grado de
contaminación atmosférica producida por los vehículos y residuos industriales y
domésticos también es factor importante en cuanto a la presencia de cáncer del
pulmón, ya que entre los habitantes de ambientes rurales la enfermedad es menos
frecuente.
b) Radiación:
Las radiaciones de materiales radiactivos como radio y uranio se consideran
cancerígenas. La radiación recibida como consecuencia de explosiones nucleares
ha aumentado la presencia de leucemia, cáncer de la tiroides, pulmón y senos en
personas que estuvieron expuestas.
Los rayos
ultravioleta del sol y los rayos X aumentan la propensión a adquirir cáncer de
la piel y leucemia. La excesiva exposición a los rayos solares, por parte de
personas de piel blanca, aumenta el riesgo.
c) Virus: la
detección de virus en diferentes tipos de tumores cancerosos ha hecho pensar a
los científicos que existe alguna relación entre ellos y la enfermedad. Este
hecho ha sucedido con el cáncer de mama, algunos tipos de cáncer uterino y
específicamente el linfoma de Burkitt (un cáncer del sistema linfático), donde
una variedad del virus del herpes se ha logrado aislar. Se le conoce como
Epstein Barr (o EB).
Otros virus
asociados con tumores cancerosos son el HTLVI, el cual se relaciona con una
forma de leucemia, y el virus de la hepatitis B, con el cáncer del hígado.
d) Herencia:
No se ha establecido una relación directa entre cáncer y factores hereditarios.
Sin embargo, es notorio que algunas familias presentan mayor incidencia de
tumores malignos, especialmente próstata, pulmón, útero y mamas (entre otros).
Pero aún en estos casos, la influencia de los diferentes factores ambientales
es decisiva.
e) Traumas: Se
considera perjudicial la irritación mecánica producida sobre una porción de la
piel y la fricción ejercida sobre lunares. El cáncer de labio en los fumadores
de pipa se asocia con la irritación crónica producida por la pipa sobre un
grupo de células en el labio. En la India, una alta incidencia de cáncer del
abdomen y la ingle se relaciona con la vestimenta (una especie de guayuco) de
uso muy generalizado.
PREVENCIÓN DEL CÁNCER
Es muy importante
el hecho de que muchos de los agentes que se consideran cancerígenos son
manejables por el hombre. En este sentido, al conocerse la relación entre un
tipo de cáncer y un factor determinado, podemos dirigir nuestra acción hacia la
eliminación del agente.
Con ese fin se
deben tomar medidas como las siguientes:
- No fumar.
- Evitar exponerse al sol por tiempo prolongado (especialmente personas de piel blanca o sensible).
- Mantener una adecuada higiene genital.
- Controlar el consumo de bebidas alcohólicas. Evitar los excesos en la bebida.
- Una dieta adecuada, rica en fibras vegetales, frutas y baja en grasa.
- En los grupos de alto riesgo, como son los trabajadores de ciertas industrias, se deben tomar las precauciones adecuadas para proteger los y mantener un control médico periódico.
- Evitar la exposición a radiaciones (Rayos X, etc.) pues a la larga pueden causar trastornos.
En sus primeros
estudios se puede decir que el 50% de los tumores malignos son curables, de
aquí la importancia del diagnóstico precoz.
Las invasiones
metastásicas generalmente ocurren cuando el tumor primario ya ha adquirido un
tamaño considerable; ese lapso de tiempo depende del tipo de tumor: algunos son
de evolución muy rápida, como el cáncer del testículo, otros de diez o más años
(algunos tipos de cáncer de la tiroides); pero lo más frecuente es que el tumor
alcance su pleno desarrollo en un lapso de cinco años.
DIAGNÓSTICO DEL CÁNCER
Es invalorable la
ayuda que han prestado las técnicas modernas de detección en la lucha contra el
cáncer. Entre los exámenes comúnmente practicados para descartar tumores
tenemos:
Útero:
La citología
cervical o Papanicolau es un examen sencillo, rápido, no causa dolor y consiste
en la toma de una muestra de secreción del cuello del útero para obtener
algunas células y extenderlas en una lámina. Se procesa en el laboratorio
mediante técnicas de fijación, para luego estudiarlas en el microscopio. Este
examen no sólo indica si hay sospecha de cáncer, sino la presencia de alguna
otra infección.
¿Quiénes deben
hacerse el examen? Es recomendable que a toda mujer que haya iniciado sus
relaciones sexuales se le practique el examen periódicamente (una vez al año o
cada 2 años) o cuando el médico lo indique.
Existen otros
exámenes como son:
-
Determinación de células malignas
en sangre, orina y líquido cefalorraquídeo (este último en caso de tumores
cerebrales).
-
Gammagrafía (uso de isótopos
radiactivos).
-
Ecosonografía.
-
Tomografía computarizada (consiste
en cortes transversales del órgano a estudiar).
-
Resonancia magnética (de uso muy
reciente).
TRATAMIENTO DEL CÁNCER
La
cirugía, la radioterapia y la quimioterapia continúan siendo los métodos más
efectivos. Cuanto más rápido se detecte un cáncer, más posibilidades de
curación existen, pues un tumor localizado puede ser extirpado quirúrgicamente
en forma completa.
La radioterapia
consiste en someter las partes u órganos afectados a la acción de sustancias
radiactivas como cobalto 60 e iridio 192.
La quimioterapia
utiliza sustancias químicas, como drogas, hormonas y otras, que administradas
en dosis adecuadas, frenan e impiden el desarrollo de las células cancerosas y
por lo tanto de los tumores cancerosos.
El tratamiento de
un tumor canceroso depende de lo avanzado de la enfermedad; pero en todos los
casos la actitud del enfermo y sus familiares es muy importante.
Una información
adecuada, donde el paciente conozca realmente su problema, expectativas y las
oportunidades que le brindan los avances terapéuticos del momento, puede
contribuir a la recuperación del paciente.
Podemos concluir
que “el cáncer es curable”, máxime cuando se descubre a tiempo Por eso es
importante someterse a exámenes médicos periódicos.
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